viernes, 21 de octubre de 2016

Museo MUNA, Mural: Antonio Bonilla.

Antonio Bonilla

Es un pintor y muralista salvadoreño. Realizó estudios de Arquitectura en la Universidad de El Salvador, los cuales dejó inacabados para dedicarse a la pintura. Participó en las actividades de la comunidad artística La Masacuata, y también perteneció al grupo formado por Napoleón López, Ricardo Ramírez y Edmundo Valencia.
Su obra es ubicada dentro de las corrientes del expresionismo y surrealismo, con influencias del arte precolombino. Bonilla recurre de manera constante a la sátira, y se dice que sus creaciones producen «por primera vez en la historia del arte pictórico salvadoreño, un toque de irreverencia en su estilo, dentro del cual se refleja abiertamente una serie de tabúes, prejuicios y falsas moralidades que significan una burla al verdadero “salvadoreñismo”». De hecho, el año 1984 presentó una exposición en el Centro Cultural Tlaolli el cual marcó un «punto de ruptura en la pintura salvadoreña ya que fue valiente y agresiva, con aguda crítica social llena de humor y burla».
Su formación es autodidacta, y hay quienes le apodan «el maestro del “feísmo” en El Salvador». Dos murales de su autoría se encuentran en el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán, denominado 200 años de lucha por la emancipación en El Salvador (2011); y el otro en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones, con el título Alegoría de la guerra civil y los Acuerdos de Paz (2012). Ambas creaciones se produjeron en el marco de la celebración del Bicentenario del Primer Grito de Independencia de Centroamérica y el veinte aniversario de los Acuerdos de Paz de Chapultepec, respectivamente.


Museo Forma, Pinturas de Julia Díaz

Julia Díaz

Fue una pintora y fundadora de la primera galería de arte en El Salvador. Nació en Cojutepeque, el día 23 de mayo de 1917 y falleció en San Salvador, el día 22 de octubre de 1999.
Fue alumna de Valero Lecha, pintor español radicado en El Salvador, y obtuvo una beca para realizar estudios en Europa, en donde recorrió Francia, Alemania, Holanda y Bélgica. Retornó a su país en el año 1953 y para 1954, desatendiendo el entorno desfavorable para la creación artística, fundó su propio estudio pictórico que se convertiría en centro de artistas e intelectuales, mientras ella pasaría a convertirse en una conocida promotora del arte.
Dicho estudio se transformó en la primera galería de arte salvadoreña en el año 1958 con el nombre de Galería Forma, ubicada en la calle Rubén Darío de San Salvador. Sin embargo, debido a un sismo del año 1965 el inmueble quedó destruido por lo que debió trasladarse a la colonia Providencia.
En 1982, Díaz, junto a varios admiradores de su obra, dieron nacimiento a la «Fundación Julia Díaz», ente dedicado a la promoción de las artes. Para el 1 de marzo de 1983 se inauguró el Museo Forma, el primero de su clase en El Salvador, que contenía su colección privada de pinturas de autores nacionales, la más importante del país. Nuevamente el proyecto de la pintora quedaría truncado por otro sismo, esta vez con el terremoto de 1986, por lo que la colección pasó a manos del Patronato Pro Patrimonio Cultural en las cercanías del Monumento al Divino Salvador del Mundo.
Julia Díaz pasó los últimos años de su vida aquejada por enfermedades, casi ciega, confinada a una silla de ruedas, y envuelta en pleitos patrimoniales. Falleció el año 1999. Sin embargo, el 2008 la fundación reabrió las puertas el Museo Forma en el mismo local del Patronato.
En vida la artista recibió una mención honorífica en la VI Bienal del Museo de Arte Moderno de São Paulo (1961), y sus lienzos, de acuerdo a Bernardo Cevallos: «tratan sobre la maternidad, niños de escasos recursos algunos con rostros macabros, sobre todo los que pintó durante la década de los ochenta».




  

Artistas Emergentes Salvadoreños.

Alexia Miranda

Alexia Miranda (1975) es artista multidisciplinaria de performance y video. Estudió Literatura, Artes Visuales, Danza Contemporánea en México. Ha impartido talleres de performance y recibido distinciones por su trabajo. Su obra se ha expuesto en USA, Centro y Suramérica, el Caribe y Europa. Dirige Catapulta Plataforma Cultural Multidisciplinaria.




Fernando llort

El 7 de abril de 1949, justo cuando el mundo contemplaba el fin de la Segunda Guerra Mundial, El Salvador era el encuadre de una ciudad a ratos cosmopolita que miraba hacia el modelo de desarrollo mexicano, mientras coexistía con una comunidad de origen indígena. En ese marco se dio el nacimiento de Fernando, uno de los seis hijos de Baltasar Llort, hijo de inmigrante español, y Victoria Choussy, de padres franceses, radicados en el Valle de las Hamacas desde fines del siglo XIX.
Fernando, el niño curioso, desde temprano manifestó un interés por el arte y las manualidades que lo marcarían a lo largo de su formación inicial en las aulas del Liceo Salvadoreño, hasta que egresó como bachiller en 1964. Tan solo tenía 15 años y ya había tenido contacto con el maestro ceramista César Sermeño. Con él empezó a conocer las técnicas y el resultado de trabajar a fuego lento.
Posteriormente, ingresó como estudiante de Arquitectura a la Universidad de El Salvador, donde solamente permaneció un semestre. Pronto, aquel joven de ojos sorprendidos escogió su propio rumbo.
En 1965 comenzó sus estudios religiosos en el Seminario la Ceja, en la ciudad de Medellín, Colombia. De aquella urbe rodeada por bosques cafeteros partió hacia el otro del Atlántico donde afincó en la Universidad de Toulousse, Francia, lugar en el que estudió Filosofía a lo largo de los siguientes tres años. En ese período es que Fernando realiza su primera exhibición donde el resultado es una evocación maya, que lo remite al punto de origen, hacia el otro lado del mundo, y lo persigue como una estampa adherida por el resto de su vida. Más adelante estudió Teología durante seis meses en la Universidad de Lovaina, Bélgica. Además de ello viajó a Baton Rouge, Luisiana, Estados Unidos, para reasumir la Arquitectura, pero retornó a El Salvador para dedicarse a la pintura y formar un centro de arte.
Llort expuso, en 1971, en la galería Forma de Julia Díaz y también integró un grupo musical llamado Banda del Sol con influencias del movimiento hippie.
En 1972 decidió residir en la localidad rural de La Palma, Chalatenango, un lugar que había visitado en su infancia y que le traía buenos recuerdos. Se dice que cierto día caminaba en el pueblo, cuando vio a un niño que frotaba una semilla de copinol. La superficie que se mostraba en el objeto era blanca y dura, por lo que le surgió la idea de crear un producto artesanal.
En La Palma, el artista contrajo matrimonio con Estela Chacón, con quien procrearía a tres hijos: Juan Pablo, María José y Fernando.
En 1977 inició una cooperativa-escuela en la que se trabajaban artesanías en madera, y también surgió el taller que tomaría por nombre “La semilla de Dios”.
Pero, dos años después, el pintor y su familia se vieron obligados a trasladarse a San Salvador debido a la delincuencia, pero estando ya en la capital, debido a la situación de conflicto, se mudan hacia México. Sin embargo, a los seis meses retornaron, él y su familia, a El Salvador y en el año 1985 abrió en la capital el centro cultural “El árbol de Dios”, donde continuaron llegando los artesanos de La Palma a formarse.
En 1997 los arquitectos españoles encargados de concluir la construcción de la Catedral Metropolitana le invitaron para que presentase alternativas para la elaboración de un mural en la fachada del templo, el cual fue terminado en 1998 y destruido en 2011.
El montaje del mural duró un año y llevaba por nombre “La armonía de mi pueblo”. Estaba compuesto por cerca de 3,000 azulejos, y guardaba varios significados como la espiritualidad, el amor, el respeto a Dios, al trabajo y un “recuerdo permanente” por Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
La Asamblea Legislativa lo declaró, en el año 2003, “Hijo Meritísimo de El Salvador”. Tres años después entró en funcionamiento la Fundación Fernando Llort para el Fomento del Arte y la Cultura, por iniciativa de su hija María, aunque la entidad ya había sido creada formalmente en 1989.
El artesano de La Palma recibió en el 2008 un homenaje de la Universidad Dr. José Matías Delgado y la misma fundación.
Para el año 2012, edificó el “Monumento Bienvenido a Casa”, antes llamado “Monumento al Hermano Lejano”. La creación se nombró “Abrazo fraterno”. El complejo comprende tres murales y cuatro esculturas. La técnica utilizada fue de mosaico libre o cerámica partida. Aparte del artista, trabajaron en su elaboración la misma fundación, un equipo de arquitectos y otro grupo de artesanos de La Palma.
Ese mismo año Llort ocupó el segundo puesto de la 36ª Exposición Internacional “100 Nacimientos”, organizada por el Diario de las Naciones de Italia. La obra galardonada llevaba por nombre “Belén”, que fue elaborada en Vitrales de El Salvador y compitió con otros 200 pesebres provenientes de 25 países. Además, el Ministerio de Turismo de El Salvador le hizo acreedor del “Premio Nacional de Turismo”, por su labor que revolucionó las artesanías de La Palma y las del país entero.
El 23 de septiembre de 2013, en la Catedral Católica de San Jorge de la ciudad de Londres, en el Reino Unido, fue colocada una cruz de cuatro metros de altura, creación del artista. La obra lleva por nombre “Sentir con la iglesia”, o también “Cruz Romero”. Se encuentra situada en medio de las capillas de San José y San Patricio del templo católico.




Renacho Melgar

Renacho Melgar es un artista visual originario de El Salvador, quien vive la vida en colores y trazos que saturan los espacios hasta que estos cobran vida a través de líneas y garabatos que visten con la luz del arte las calles grises de su ciudad. Es dedicado enteramente a la pintura, desde hace 12 años, disciplina que le ha dado la oportunidad de explorar dos caminos: la pintura propiamente dicha en caballete y el arte urbano. Para la pintura de caballete, el artista se vale, principalmente, del acrílico y el óleo para representar cuadros, antes bocetados a lápiz, con temáticas urbanas: el ser humano dentro del paisaje urbano, el caos de la ciudad, la memoria histórica de su país, así como la tradición oral.Pero es dentro del arte urbano donde Renacho ha obtenido presencia y reconocimiento como artista, pues lo que nació como un capricho personal por colorear su ciudad, se ha convertido en punto de partida para que surjan artistas emergentes que “vuelvan visible lo que la cotidianidad volvió invisible” en un país atacado por la pobreza y la inseguridad.




Walterio Iraheta

Es graduado del Centro Nacional de Artes de El Salvador (CENAR), 1984 - 1986. estudió artes aplicadas (con especialidad en Diseño Gráfico) en la universidad Dr.Jose Matías Delgado, de El Salvador; 1991 - 1995. En 1997 fue becado por " The Chicago Cultural Center " para participar en un intercambio de artistas y un taller de grabado.
En 1992 fué nombrado " Talento Joven del Año " en su país, y en 1996 ganó el primer lugar del certamen nacional de pintura joven " Palmares Diplomat " de El Salvador. En 1998 obtuvo el primer premio "Tlahcuilo" en la primera bienal del Istmo Centroamericano. En 1999 ganó el premio único en el certamen-subasta de arte Latinoamericano " Juannio-99" en ciudad de Guatemala.
De 1993 a 1999, creó y dirigió el " Centro del Dibujo de El Salvador", el cual ha realizado 6 Muestras Nacionales de Dibujo, publicado 4 catálogos y más de 10 artículos en periódicos revistas. Fue Director de Comunicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA) de su país, 1995 - 1996, y trabajó como Creativo Gráfico para algunas agencias de publicidad entre 1987 - 1991.
Ha realizado 10 exhibiciones personales en El Salvador, Honduras, Guatemala y
Estados Unidos. También ha participado en más de 50 exposiciones colectivas en ciudades de Centroamérica, México, D. F., Chicago,. Miami y Washington, EE.UU; Madrid, España; París, Francia; Tokio, Japón; Taipei, Taiwan, y Ottawa y Montreal, Canadá, entre otras.


Actualmente es catedrático en las facultades de Comunicaciones y de Arquitectura de la universidad "Dr. José Matías Delgado", vive y trabaja en San Salvador.




Sonia Melara

En su obra, replantea la belleza, el sufrimiento, las insatisfacciones y las confrontaciones míticas religiosas con la moral occidental , condicionadas a los demás elementos de la vida cotidiana. Sus primeras obras son una relación con el pasado con el presente, en ellas reivindica los conceptos académicos de la belleza, la razón y la naturaleza idealizada. Sonia centra su atención en sistemas de valores metafísicos en los que el cuerpo se convierte mas que en un tema, en una forma de arte, apta para entrelazar el amor, la pasión, la belleza, el éxtasis y la experiencia de lo divido. Estos cuadros no necesitan texto no necesitan texto ni contenido. La mayoría de ellos busca un lugar en el mundo como seres realmente existentes capaces de motivar emociones diversas en quien lo observa. Son imágenes ingenuas y naturalmente bellas, sutiles estrategias de desinhibición, cifradas en la virilidad, en el poder cultivador de la figura femenina o en la habilidad erótica de los sujetos traducidos por la mano del artista, es el boceto de lo aceptable, sin entrar en confrontaciones exhaustivas: tímidas peor sensualmente sugestivas. Poco a poco se irán volviendo mas complejas con las múltiples manifestaciones de lo corpóreo: brutalidad, voluptuosidad, confrontación y sarcasmo, solo por citar algunas.


Museo MARTE, Academia de Valero Lecha y Carlos Imery.

Carlos Valero Lecha 

pintor español, nacido el 4 de marzo de 1894 en la villa de Alcorisa, situada al nororiente de la provincia de Teruel, en la comarca de Bajo AragónEspaña y fallece en El Salvador el 20 de agosto de 1976 a la edad de 82 años. Es considerado por algunos, el padre de la pintura salvadoreña.1 El importante aporte a la formación de talentos en la pintura de dicho país, le valió en su momento la recepción de diversos reconocimientos como un diploma de parte de la Asociación Amigos de la Cultura; la condecoración "Orden Nacional José Matías Delgado" otorgada por el gobierno salvadoreño así como el doctorado Honoris Causa concedido por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
En 1911, a la edad de 17 años, decide embarcarse en una aventura que lo llevaría a conocer Hispanoamérica. Inicia su travesía partiendo de Barcelona con destino a Buenos AiresArgentina. Para subsistir se desempeñó en varios oficios: albañil, camarero, carpintero, dependiente, panadero, entre otros. No obstante, nunca olvidó su sueño, y asistió a una academia para ampliar sus conocimientos artísticos. Eventualmente la suerte le favorece, y logra colocarse como ayudante de escenografía en el importantísimo Teatro Colón de la misma ciudad.
Su calidad artística le permite ser contratado durante varios años como escenógrafo en La Habana por diferentes teatros y compañías con las que viajó. En 1916se trasladó a México y trabajó como escenógrafo de teatro en la Compañía de doña Mercedes Navarro. En una gira que realizó dicha compañía porCentroamérica, conoció las ciudades de Guatemala y San Salvador, en 1920 llega Honduras, coincidiendo esto con la quiebra de la compañía por lo que deja en ese momento el oficio de pintor de telones. Permaneció en Honduras por cuatro años más, debiendo ganarse la vida durante ese tiempo como pintor de casas y profesor de clases privadas de dibujo. Una de sus alumnas, Elidia Martínez, se convierte en su esposa, el 6 de julio de 1924.
Al estallar la guerra en dicho país emigra junto a su esposa, hacia El Salvador, donde la pareja procrea a sus cinco hijos: Andrés (1927), Mario (1928), Rosario (1930), Margarita (1936) y Valero (1938).

El Legado de la Academia de Valero Lecha


Carlos Alberto Imery

Desde pequeño comenzó a realizar copias de láminas con mucha habilidad, y al llegar a la secundaria inició el aprendizaje del dibujo y la pintura por recomendación de uno de sus profesores a su padre.
Su primer maestro fue Marcelino Carballo y realizó su primera exposición en 1903 en el taller de Luissi y Ferracutti.1 Para el año 1904 partió a Italia junto a Miguel Ortiz Villacorta donde estudió en el Real Instituto de Bellas Artes de Roma gracias a una beca concedida por el presidente Pedro José Escalón.2
Cuando regresó a El Salvador en 1911, tenía pensado divulgar su obra e iniciar una escuela, pero sus objetivos se retrasaron por falta de dinero, y tampoco tuvo éxito en la venta de sus cuadros. Pese a todo se dedicó a confeccionar carrozas para las fiestas agostinas y exhibía su obra en las vitrinas de ferreterías y almacenes.1 Sin embargo, recibió el apoyo del presidente Manuel Enrique Araujo para establecer una Escuela de Dibujo y Pintura en su propio hogar en 1912.1 3 Posteriormente el presidente Carlos Meléndez le dio fundación formal con la promulgación del decreto del 15 de septiembre de 1913 en el que se creó la Escuela Nacional de Artes Gráficas, dirigida por el mismo Imery.4
Dicha escuela enseñaba pintura, litografía, mecanografía, y tipografía, entre otros artes y oficios. En opinión de Camilo Minero, quien fue uno de sus alumnos, la enseñanza impartida en la institución era muy completa, y también el maestro Imery era una persona exigente con sus estudiantes. Para el crítico de arte Luis Retana, la escuela insertó «al país en la modernidad práctica», mientras que Jorge Cornejo asevera que la historia de la pintura salvadoreña inició, de hecho, con el magisterio de Imery.2
Otros alumnos que pasaron por la escuela fueron Carlos CañasCésar SermeñoLuis Alfredo Cáceres Madrid, Luis Ángel Salinas y José Mejía Vides, entre otros.
Aunque no era pintor prolífico, Carlos Imery dejó obras de temáticas locales como MaízCampesinosVolcán de San SalvadorMuchacho de la máscara y La ceiba del cementerio. También fungió como conservador de monumentos nacionales; profesor de dibujo de la Escuela Politécnica Militar y la Escuela Normal de Maestros; se desempeñó en la cátedra de dibujo, perspectiva y sombra en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de El Salvador; y ostentó el cargo de director del Museo Nacional entre 1928 y 1930.1 Además, se mantuvo al frente de la Escuela de Artes Gráficas hasta su muerte.3
Fueron sus padres Mercedes Peña y Benito Imery, y tuvo cinco hermanos. Contrajo matrimonio con Concepción Castro en 1915 con quien procreó tres hijos. Padeció de una enfermedad en los ojos que le obligó a dejar su carrera de pintor hasta 1920, aunque no dejó la docencia.





Capilla UCA, Vía Crucis de Roberto Huezo.

Roberto Huezo


Roberto Huezo es un pintor, ceramista, dibujante salvadoreño, podemos dividir su obra en dos momentos: los años de la guerra y los años que le siguieron. Durante la guerra Huezo fue un férreo defensor de los derechos humanos muy allegado al pensamiento de los jesuitas en ese entonces realizo diferentes dibujos que mostraban el suplicio del pueblo y el clamor por justicia, autor de los vitrales del vía crucis en la capilla de la Universidad Centro Americana José Simeón Cañas. Su obra es desgarradora cobra vida propia y nos muestra a un pintor muy humano
generalmente se menciona que en el caso de Roberto es imposible separar la obra del Hombre dado que constituyen una relación simbiótica relacionada la una con la otra, lo que nos da como resultado una obra muy sincera, se comunica muy fácilmente con su entorno… de grado tal que genera un vinculo con su espectador, la obras cobran vida propia y sirven de relatores de nuestra realidad, lo podemos ver claramente en las 14 estaciones del vía crucis se entabla tanto en el sentido humano así como en el sentido poético del mensaje; hay pasión y sentimientos encontrados, este, sin duda uno de los mejores pintores de este país.


Cripta de Romero, Via crucis de Luis Lazo.

Luis Lazo

Es un artista contemporáneo a la vieja usanza. Uno de los pocos grandes pintores que quedan en la región, ave casi extinta, que nos muestra en su obra el alcance de la mirada desde su grandioso vuelo. Su obra es contemporánea a pesar de ser pintura, a pesar de ser barroca, a pesar de su figuración neoclásica, porque lo conjuga todo lúdicamente en una gama cromática cercana al cómic, porque divide el plano en secuencias que nos refieren al cine y la fotografía, porque nos habla del absurdo y de la sexualidad y los mezcla en escenas que son alquimia y humor a la vez en pinceladas pastosas tiernamente aplicadas.
Desde su vivencia de lo cotidiano, Lazo es un artista a la vieja usanza porque investiga con total libertad, porque cree aun que se le puede dar forma a las ideas con pasión, sin la frialdad de los que vienen abriéndose paso al camino; porque trabaja y trabaja, y se divierte y conversa y observa y le tiene sin cuidado el imperante oportunismo de las nuevas generaciones que han caído en la trampa libidinosa del llamado “curador”.
Luis Lazo Chaparro nació en San Salvador el 6 de enero de 1960. Desde temprana edad comienza su preparación artística con Miguel Ángel Polanco, Rosa Mena Valenzuela, Alfonso Mirón, así como con estudios en la Universidad Iberoamericana de México D.F. y en la Academia de Arte Lorenzo de Médici de Florencia.

Ha participado en más de cien exhibiciones colectivas en el continente americano y Europa y en seis exhibiciones individuales en El Salvador. Entre sus reconocimientos se destaca el Premio en Pintura de la Academia Internacional (Roma, 2005).



Teatro Nacional y Biblioteca Nacional, Frescos de Carlos Cañas.

Carlos Cañas

Nació en el seno de una familia humilde con disposición artística, ya que los tíos paternos eran pintores de carteles publicitarios. Desde niño Carlos Cañas mostró una sensibilidad especial hacia la naturaleza y el arte. Fue Mauricio Aguilar quien ejerció una influencia decisiva en su juventud, ya que le instruyó en la plástica europea de ese tiempo. Para 1945, Cañas lideraba el grupo de jóvenes artistas denominado «Los independientes», de raíces «proletarias» quienes querían que tanto el arte como la pintura fueran tomadas en cuenta en todos sus aspectos culturales, sociales y económicos. Ellos se oponían a «Los académicos», alumnos en su mayoría de Valero Lecha que tenían «una forma anacrónica de practicar la pintura». Sin embargo, fue durante su estancia en España, adonde aprendió a darle valor «a las personas, el valor a lo humano», según el mismo refería. También fue allí adonde conoció a su esposa Carmen Gutiérrez, oriunda de Arnuero.
Durante su carrera pictórica, Cañas retomó una variedad de estilos e influencias, las cuales fueron retratadas en obras con matices precolombinos, y principalmente en el arte abstracto de los años 1960 tras su retorno de España; que para el antropólogo Ramón Rivas: «Era en el tiempo en que salir con ese tipo de arte en un país como el nuestro era lo mismo que un disparate». Por su parte, Roberto Galicia opina que Cañas causó «una verdadera revolución en el campo de las artes salvadoreñas» con esa propuesta.
Su obra contiene además la temática política, y una etapa colorida entre las que destaca el mural del plafón de la Gran Sala del Teatro NacionalJosé Roberto Cea opina al respecto:
«Cañas reúne en sus cuadros la mayoría de las expresiones plásticas de los otros pintores salvadoreños. Así como él viene de otras experiencias pictóricas ajenas, de él vienen muchos pintores. Ha sido el recipiendario-provocador, influenciador-influenciado.»
Su lienzo más conocido es Sumpul (1984), un homenaje a las víctimas de la masacre del río Sumpul de 1980, la cual «tiene tonos fríos, oscuros, grises, lo que pone al espectador en una atmósfera de sueño o pesadilla», según el experto Rodolfo Molina. Se dice que dicha pintura llegó a ser descolgada por un «indignado» diplomático salvadoreño en la Exposición Universal de Sevilla del año 1992.
Ya en la longevidad, el artista se encontraba en búsqueda de la «gran síntesis», una mezcla de arte primario, americano, con cierta cercanía con el arte europeo; en suma, la etapa final de todo hombre, artista, poeta, en la que buscaba simplificar los sistemas con los que había empezado a trabajar.
Otras manifestaciones del arte de Cañas se encuentran en acuarelas, grabados, ilustraciones en libros de cuentos, poemas, y libros sobre historia del arte. Una de sus creaciones literarias fue Cañas por Carlos Cañas del año 1976. También durante los años 1950´s y 1960´s realizó decoraciones, y diseñó el vestuario para el Teatro Universitario y compañías teatrales de El Salvador.
Áspero en ocasiones, amante de la soledad, apasionado de su oficio, firme en sus convicciones, y muy crítico del escaso entorno cultural en el que se desarrolló, Carlos Cañas es considerado un pilar de la plástica salvadoreña.14 Falleció el 14 de abril de 2013 de un paro cardíaco.

EX CAPRES, Pintura Patriótica.

Luis Vergara Ahumada 


Fue un pintor chileno.(La Serena, Chile, 8 de septiembre de 1917 - La Paz, Bolivia, 16 de enero de 1987) Realizó sus estudios en el Instituto Pinochet-Lebrún en la ciudad de Valparaíso y también en España en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Viajó por varios países de América, en los que dejó su huella en importantes obras relativas a gestas históricas, tales como La Pedrada de Andrés Castro (1956), relativa a la Batalla de San Jacinto en Nicaragua, la cual se encuentra en el Palacio de la Cultura. Pintó otras obras de personajes particulares como el retrato de la nicaragüense Myriam Navarro de Novoa en Managua entre 1960 y 1966. Dicho cuadro sobrevivió el terremoto de Managua en 1972.
En El Salvador, Vergara pintó sendos cuadros entre los años 1957 y 1959 con la asesoría del historiador Jorge Lardé y Larín que representan importantes hechos y personajes de la época independentista, tales como: Primer Grito de IndependenciaFirma del Acta de Independencia y El ocaso de un Sol, todas ubicadas en la ex Casa Presidencial de ese país. Las dos primeras obras han sido reproducidas en numerosas formas, ya sea en billetes, cromos, afiches y sellos postales. También en Colombia realizó un cuadro del presidente Marco Fidel Suárez.
Sus padres fueron Pedro Alejandrino Vergara Cortéz y Luisa Ahumada Martínez. En Chile contrajo matrimonio con Aída del Carmen Villarroel Busto, con quien procreó a dos hijos: Tristán e Isolda Vergara Villaroel; otro hijo del pintor es Luis Alejandro Vergara Arteaga, nacido en Nicaragua.